La inspiración defensiva

Parafraseando la famosa frase, si la inspiración existe que nos pille defendiendo. La selección española de este mundial de China ha encontrado su identidad en defensa porque defendiendo es como mejor nos olvidamos de que Ricky no es un base de leyenda en potencia en cuanto encuentre su tiro exterior y nos acordamos de que, en cuanto deja de obsesionarse con buscarlo, es un base muy capaz que ha llegado a ser titular en un equipo de playoff de la NBA; uno con mucho oficio tras una larga carrera pese a su relativa juventud y que toma decisiones adecuadas en los finales de partido a poco que las defensas rivales teman un poco su tiro y no le floten descaradamente. Lucha, defiende, tira bien a ratos, es seguro con el balón y mete los tiros libres: que le cuenten a Turquía y sus cuatro tiros libres seguidos fallados contra Estados Unidos si eso es importante.

Defendiendo es como Claver se ha olvidado de las comparaciones con jugadores de talentos únicos que no son el suyo (o al menos no en ataque) de las menciones a la horchata de su tierra para hablar de su actitud en la cancha, de las mofas sobre sus méritos para estar verano tras verano en el banquillo de uno de los mejores equipos FIBA de la historia, convirtiéndose en un sacrificado defensor con una gran movilidad teniendo en cuenta su corpulencia; defendiendo a los Gallinari y Antetokounmpo ha entendido que su talento no le da para ser como ellos pero sí para estar en la misma pista en los momentos importantes. Parece fácil de entender pero es una lección que, por ejemplo, ha hecho que jugadores de gran talento ofensivo como Carmelo Anthony o Allen Iverson se retiraran más cerca de los treinta años que de los cuarenta.

Defendiendo es como Llull se lleva encontrando toda su carrera. Contra Italia llevábamos el susto de los diez abajo nada más empezar contra el primer rival solvente cuando Llull salió con la misma actitud de siempre de «no descartemos que sea el mejor jugador del partido». Casi nunca lo es, pero muy a menudo acaba siéndolo. Su primera parte contra Italia fue un clinic de baloncesto pero, sobre todo, de liderazgo; a veces basta con poner cara de que se tiene el partido controlado cuando a todos los demás les entran las dudas.

Y defendiendo es como Marc Gasol ha ganado el anillo en Toronto limitándose en muchos partidos a aportar su capacidad de pase y buen criterio en ataque. En los momentos en los que ha descansado contra Serbia parecía como si ninguna diferencia fuera suficiente para aguantar las embestidas de los serbios; al volver a cancha, los ataques de Serbia han vuelto a ralentizarse, a parecer que todas las circulaciones eran difíciles, a que en el último momento algo hacía que fallaran tiros a dos metros del aro. Ese algo es Marc y el orden defensivo que impone en sus compañeros.

Defendiendo es como nos hemos olvidado de lo que ya no somos y de que ya no tenemos a una de las mejores duplas de la historia del baloncesto FIBA en Pau y Navarro; de que ya no somos un equipo de talento ofensivo histórico lo cual no quiere decir que no tengamos nuestros talentos. Defendiendo nos ha llegado la inspiración y está por ver hasta donde nos llevará en este torneo.

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